Una semana en familia recorriendo los lugares más emblemáticos de este bello país, súbete a nuestra góndola y acompáñanos.
Día 1
Salimos del aeropuerto de Barcelona destino Venecia con la compañía Ryanair, tras dos horas de sorteos, venta de perfumes, cosméticos y demás enseres llegamos a nuestro destino a las 21h.
Habíamos reservado un B&B en Mestre a 25 minutos de Venecia, el bus tenía un coste de 8€ por persona, al ser 5 decidimos preguntar a un taxi de 5 plazas que vimos en la parada, dándonos un precio de 25€ hasta nuestro hotel, más económico que el bus y hasta la misma puerta, no dudamos en subirnos y dirigirnos a nuestro destino.
El hotel evergreen, puedes reservarlo Aquí situado en pleno centro de Mestre, nos trataron genial desde un principio, ofreciéndonos fruta variada a nuestra llegada y dándonos información para cenar por la zona, entre llegada y cheking ya eran las 22:30h, decidimos ir a la pizzería Bambino que se encontraba en la esquina del hotel, llegamos cuando estaban realizando el cierre del local, decidimos pedirlas para llevar y comerlas en la terraza del propio hotel.
Día 2
El despertador sonó a las 8 de la mañana, estábamos algo cansados del día anterior y un caluroso día se presentaba ante nosotros, tras disfrutar del delicioso desayuno que incluye el hotel, salimos a comprar billetes de tranvía hasta Venecia a 1,50€, la parada se encontraba muy cerca de nuestro hotel, y en 20 minutos ya estábamos en la gran Venecia, las vistas eran de cine, todos los canales rodeando esos edificios con tanta historia, no sabíamos dónde mirar, pasamos horas recorriendo sus callejones, hasta la hora de comer, en la plaza San Marco encontramos un restaurante a buen precio dentro de lo que es Venecia.
Después de comer decidimos dar el paseo en góndola, suele haber mucho tráfico por los canales y el precio está ya establecido 80€ la góndola completa hasta 6 personas 30 minutos y si quieres que el gondolero cante 100€, aquí no hay regateo que valga, te anuncian que son 30 minutos con o sin tráfico de tal forma que si te encuentras que hay muchos gondoleros por el canal, puedes pasar tus 30 minutos en una misma calle, por este motivo decidimos hacerlo después de comer, a medio día y efectivamente fue una buena idea ya que se notó bastante, la experiencia fue muy agradable, aunque nada fuera de lo común a un paseo en barco, muy caro pero si vas a Venecia es actividad casi obligada.
Al finalizar el paseo continuamos explorando sus rincones, como el Puente de los Descalzos, un puente de la ciudad que junto con el Puente de Rialto, el Puente de la Academia y el Puente de la Constitución son los únicos cuatro que atraviesan el Canal Grande.
Este en concreto se encuentra a la entrada de venecia y desde el puedes observar lo largo del gran canal. En este punto se encuentra la Vaporeto, un barco de trasporte que utilizan los turistas para trasladarse hasta su hotel por 7,50€.
Todos los hoteles de la zona tienen dos entradas, la principal, que se accede por tierra y la secundaria que accedes por el propio canal.
Tras varias horas caminando ya eran las 18:30 y estábamos agotados, decidimos salirnos de la zona turística regresar a Mestre para cenar en un restaurante que nos habían recomendado unos unos amigos desde españa Pepenero Bistrot, un precioso restaurante en el que probamos la mejor panacota que había probado nunca.
El precio rondaba los 25€ por persona pero, por esta zona de Italia cuesta encontrar precios económicos, después de cenar dimos un paseo por Mestre hasta la heladería Gelacio en la que disfrutamos un buenísimo helado de pistacho.
Sobre las 23:30h fuimos a descansar al hotel ya que el día siguiente nos esperaba largas horas de carretera.
Día 3
Hoy recogemos el coche de alquiler, tras desayunar y realizar el check out, vamos caminando hasta la estación de autobús, lugar donde se encontraba Locauto, nuestra empresa de alquiler que habíamos reservado desde España, tras llegar y realizar el papeleo nos entregan nuestro coche un Volkswagen Polo bastante nuevo, ideal para la ruta que teníamos planeada.
Ponemos rumbo a nuestra siguiente parada Florencia 3 horas de preciosos paisajes que hicieron del camino una auténtica maravilla.
Al llegar quedamos impresionados con el apartamento donde nos hospedábamos, el Giglio Apartaments, puedes reservarlo Aquí lo habíamos reservado desde España y en las fotos se veía bien pero una vez allí era impresionante, dos plantas muy amplias con cocina independiente y a muy buen precio, tasas a parte ya que en Italia se cobra una tasa de turismo entre 2,50 y 3,50€ por persona y noche en todos los hospedajes.
Soltamos las maletas y volvimos a la carretera con destino a pisa, a una hora de camino, al llegar nos dimos cuenta de lo difícil que resulta conseguir una buena fotografía ya que está plagado de turistas haciéndose el típico selfie que parece que sostienes la torre, habíamos leído que era así, pero verlo en persona era una auténtica locura.
No estuvimos más de una hora aquí, ya que entre la multitud y el calor resultaba insoportable resultaba casi imposible permanecer más tiempo allí.
Seguimos la ruta hasta Cinque Terre en la Provincia de Spezia a hora y media de camino, teníamos muchísimas ganas de visitar estos 5 pueblos que lo forman.
Monterosso, Vernaza, Corniglia, Manarola y Riomaggiore. De norte a sur forman este parque Nacional.
Aún lleno de turistas por todas partes se respira mucha tranquilidad por estos coloridos pueblos, a nosotros en concreto nos gustó muchísimo Riomaggiore, su Malecón de piedras frente al mar aportan una visión fuera de lo común.
Comimos por la zona unos calamares con patatas cerca del mar, y pasamos el resto de la tarde por aquí, hasta las 18h que pusimos rumbo a nuestro alojamiento en Florencia para descansar tras otras 3h de camino en coche.
Día 4
Este día lo dedicamos a conocer Florencia, tras desayunar nuestra primera parada fue el Duomo.
Cuanta historia encierran esos muros protegidos por todas las callejuelas que lo rodean, pasamos la mañana recorriendo sus calles y puentes.
Entrada la tarde sobre las 20h ya arrastrábamos el cansancio de todo el viaje y los madrugones, decidimos irnos a la habitación de nuestro alojamiento y relajarnos un poco hasta quedarnos dormidos.
Día 5
Hoy despertamos con fuerzas, un desayuno contundente y después de 4h de karaoke en el coche llegamos al destino, la imponente Roma.
Llegamos a nuestro alojamiento a medio día el B&B Le Fornaci a cinco minutos del Vaticano, puedes reservar Aquí aparcamos el coche en zona azul casi imposible encontrar aparcamiento que no se pago por aquí, soltamos las maletas, comimos y subimos al autobús 64 hasta plaza Venezia (Centro de Roma) el servicio público funciona muy bien el bus pasa cada 15 minutos y tarda 10 minutos hasta el centro con un precio de 1,20€.
Nada más bajar del bus te encuentras con el Palazzo Venezia, un precioso edificio color blanco que da nombre a esta famosa plaza y que en su balcón principal Benito Mussolini ofreció alguno de sus discursos más importantes. También en la plaza se encuentra el monumento de la tumba al soldado desconocido, muy conocido y popular entre turistas y residentes.
La plaza, como otras muchas de Roma, siempre está muy animada y llena de gente, además de poseer mucho tráfico y por la noche, está completamente iluminada, dándole aun más esplendor de la que tiene.
Desde aquí, a la izquierda del Palazzo (Vista de frente) se encuentra el foro de Trajano y el Coliseo, aunque lo visitaríamos en días posteriores no podíamos perdernos verlo de noche.
Otro punto destacado en este centro histórico con casi 20 metros de ancho y 26 metros de alto, la Fontana de Trevi es la fuente más grande de Roma. Y sin embargo, a veces puede ser difícil de encontrar, ya que está encerrada entre los edificios de la pequeña plaza de Trevi. De hecho, el nombre de Trevi deriva de “Tre Vie” (tres vías) y hace referencia al punto en el que se encuentran las tres calles que forman la plaza. La famosa Fontana di Trevi.
Dice la leyenda que quien arroja una moneda de espaldas a la fuente de Trevi, se asegura su regreso a Roma. Para hacerlo correctamente hay que tomar la moneda con la mano derecha, ponerse de espaldas a la fuente y lanzarla por encima del hombro izquierdo. Según la tradición si lanzas dos monedas en lugar de una, te aseguras encontrar el amor y si arrojas tres, el matrimonio. Esta costumbre produce unos ingresos de alrededor de un millón de euros anuales. ¡A veces se han llegado a recoger hasta 3.000 euros en un sólo día! desde el año 2007 el dinero que se recauda es entregado a Cáritas y asociaciones benéficas para ayudar a los más necesitados. Aunque tampoco son pocas las veces que roban o intentar robar las monedas De la Fuente, motivo por el que siempre está custodiada por agentes de la autoridad.
Después de otro atareado día, cenamos en una pizzería del centro y volvimos en bus a nuestro hotel para descansar.
Día 6
Hoy volvemos a subirnos a nuestro vehículo para ir a visitar las famosas ruinas de Pompeya, 3:30h nos separan desde roma, con mucho ánimo y paciencia al fin llegamos a la entrada principal de las ruinas.
Pompeya era una de las ciudades más ricas, prestigiosas y vanguardistas del mundo, tanto que llegó a hacer sombra a Roma. Hoy en día es el mejor ejemplo de ciudad romana del siglo I que tenemos.
Cuando el volcán Vesubio explotó, llegó a lanzar más de 10.000 toneladas de rocas y lava por segundo. En pocas horas la mayor parte de la población de Pompeya murió asfixiada y la ciudad quedó sepultada bajo cenizas. Paradójicamente, esta misma erupción que destruyó las calles, los edificios y arrasó con tantas vidas, hizo que se conservaran en muy buen estado hasta nuestros días.
La entrada al complejo arqueológico cuesta 15€ por persona (el primer domingo de cada mes es gratuito) y el horario es de lunes a viernes de 9h a 19:30, sábados y domingo abre media hora antes 8:30h.
En su interior se encuentran el foro, el Templo de Apolo, el lupanar, el Teatro grande y Piccolo, el Orto di fuggiaschi, la Casa del Fauno, el Terme Sabiane y el Anfiteatro.
Visitar las ruinas requiere al menos medio día, llegamos a las 11:30 y nos marchamos 18:30h con sensación de no haber visto todo, pero es un lugar tan encantador que las horas se te pasan sin apenas darte cuenta.
Volvimos a Roma entrada la media noche, buscamos donde aparcar el coche, cenamos algo rápido y a descansar de otro duro día, ya se iba acomunando el cansancio y los madrugones.
Día 7
Hoy teníamos el vuelo de vuelta a las 18:30h y aún teníamos pendiente por visitar el Coliseo y el Vaticano, así que despertamos bien temprano, a las 7h estábamos desayunando ya para salir.
Nuestra primera parada fue el Vaticano, que se encontraba a 5 minutos desde nuestro hotel, no, nos llamaba la atención entrar, pero si ver la plaza De San Pedro.
La Plaza de San Pedro en el Vaticano es en realidad un elipse y se encuentra rodeada por una columnata que contiene estatuas de 140 santos de la historia católica. La plaza y sus columnas fueron construidas aproximadamente en el año 1657. Como dato curioso, la Plaza de la Concordia en París, diseñada en el año 1755, se hizo copiando a la plaza en la Santa Sede pues el obelisco y las fuentes se encuentran en una distribución idéntica.
Desde aquí seguimos la ruta hasta el Coliseo. Compramos la entrada en las taquillas del foro Romano por 15€ por persona (menores de 18 años gratis) en el precio incluye, Coliseo, palatino y Foro Romano, válido para dos días, se forman largas colas a la entrada y hay que pasar un control de seguridad.
La inauguración del Coliseo por el emperador Tito dio lugar a las fiestas más grandiosas de la historia de Roma. Años después, el poeta Marcial recordaba que gentes de todos los confines del Imperio, desde britanos, tracios y sármatas hasta árabes, egipcios y etíopes habían acudido a la capital del Imperio para contemplar las fieras más exóticas y a los más famosos gladiadores, envueltos en exhuberantes cacerías y emocionantes combates. A lo largo de los cien días que duraron los festejos se derramó la sangre de 9.000 animales salvajes, abatidos por cazadores profesionales (venatores), y se representaron truculentos combates terrestres en los que perdieron la vida cientos de personas, así como una naumaquia, una batalla naval entre corintios y corfiotas, la única ocasión en que el gran anfiteatro Flavio se llenó de agua.
Impresiona bastante el pensar que había personas hay sentadas observando como gladiadores perdían la vida, simplemente para ofrecer un espectáculo.
Justo al lado del Coliseo se encuentra El Foro Romano, centro político, económico y religioso de la antigua Roma, un lugar donde abundaban templos, tribunales y otros edificios usados para asuntos públicos y privados. En el se pueden encontrar monumentos, edificios y ruinas de construcciones como el Arco de Tito, construido en honor a la victoria de Roma sobre Jerusalem en el año 70 A.C. También se encuentra el Templo de Vesta, donde el sagrado fuego romano se mantenía ardiendo.
Durante la Edad Media se tenía conocimiento de la existencia del Foro Romano, sin embargo sus monumentos se encontraban en gran parte enterrados bajo basura y escombros y eventualmente la ubicación de este lugar fue olvidada. No fue sino hasta el siglo XVI que se redescubrió el Foro Romano pero no fue excavado sino hasta el siglo XX.
Habíamos pasado ya toda la mañana, siendo hora de comer, decidimos comer algo rápido y así continuar nuestra ruta.
De camino al hotel paramos en la que iba a ser nuestra última visita antes de marchar al aeropuerto, el Panteón de Agripa o Panteón Romano. un edificio del siglo II encajado en el corazón de la capital, rodeado por el ajetreo comercial y los cafés de la plaza de la Rotonda. A pesar de que quizá no es el más célebre de todos, se trata de una construcción única que muestra como pocas los grandes avances que La Civilización Romana logró en el campo de la ingeniería arquitectónica y, sin duda, es una de las mejor conservadas.
Situado en Plaza della Rotonda, la entrada es gratuita, por el momento. Hay un proyecto para hacer que la entrada cueste 2 euros pero aún no se ha activado. Se compra en una taquilla en piazza della Rotonda.
En días de gran afluencia puede ser que tengas que esperar en la cola pues el servicio de seguridad controla que no haya demasiada gente dentro.
Tras esta visita, llega el momento de abandonar este bello país, marchamos a nuestro hotel para recoger las maletas y hacer un puzzle para colocar 5 dentro del maletero de un Volkswagen, y marchamos al aeropuerto de Fiumicino (Roma)
Teníamos que ir con tiempo para entregar el coche, así que llegamos con dos horas de antelación.
Y así acaba nuestra preciosa aventura por este país lleno de historia.
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